A partir de la precaria situación económica que vivía (y que vive) el sureste del país (exactamente el istmo de tehuantepec) el joven Ricardo Cartas Cabrera decide emigrar hacia la prometedora ciudad de Puebla. Mi padre (Ricardo Cartas Cabrera) abandonó su tierra en el año de 1951, dejando atrás la tierra istmeña. Seis años después en una de sus muy cortas vacaciones( al propio istmo) decide ir al famoso baile de San Jerónimo Doctor, patrono de la población. Mi padre solo y sus zapatos miraban a las exuberantes muchachas que muy alegres movían las caderas al ritmo del mar. Bastó una mirada, por parte de mi padre, para que la señorita Simitria quedara profundamente enamorada.

               Sin más ni más, Don Ricardo Cartas Cabrera arregló el casorio con doña Cleotilde. Después de 34 años Don Ricardo y Doña Simitria tienen (relativamente) 4 crios; 3 mujercitas y un muchachito y de ese mismo les voy a hablar ahora.

               Año de 1978.

               El 26 de abril nace en la ciudad de Puebla y con la sangre recatada de nostalgia el niño Ricardo Cartas Figueroa, con sorpresas de los médicos y enfermeras (pues mi madre me parió teniendo ni más ni menos que ¡38 años!). Los primeos estudios los lleva acabo en el Instituto Carlos Pereyra, en donde supuestamente se le inculcaron los valores cristianos: "Piedad y Letras", en donde lo único que valió la pena fua el feliz casamiento: Literatura-Cartas.

               Abandonó el Instituto al contraer conflictos de carácter político en el año de 1992 (años del alzamiento zapatista y año del ¡PUM! ¡PUM! Popocatepetl. Ingreso en ese mismo año a la preparatoria popular Emiliano Zapata, en donde pudo establecer es más fidedigno contacto con la realidad poblana. En ese periodo el crecimiento intelectual del mucachito fue enorme. Años después ingresa a la facultad de Filosofía y Letras en donde todavía se parte el coco y se jala de las greñas, intentando comprender el mundo. Funda dos suplementos que así como llegaron se fueron: "El Sup..." y "El Saz". Hasta el momento ha escrito dos novelas: Gas en español, Guicha en Zapoteco y La Casa y la Torre. Las dos completamente desconicidas. Y ha ganado dos primeros lugares en el concurso Filosofía y Letras, uno en poesía y otro en cuento durante el 2001. Ah, y por cierto, soy Ultracostumbrista hasta las chanclas.

 

Publica por primera vez en Ficticia el: 02/Feb/02