Lartigue, Gerardo |
Una mañana de otoño, a lado de un río en una ciudad lejana, tuve la desgracia de conocerlo. Caminaba con un microperro amarrado con un lazo rojo deshilachado, fumando, la mirada vacía. Su brazo extendido llevaba columpiando una cámara digital. De pronto se detuvo a mi lado; el microperro no quería avanzar. Me agaché a acariciarlo. Al alzar ligeramente la vista me sentí agredida por su cámara que dirigía fijamente su orificio hacia mis piernas desde una altura que le permitía descubrir que no llevaba nada bajo mi falda (olvidé la noche anterior toda mi ropa limpia en el balcón bajo la lluvia). Su dueño, en cambio, seguía con la mirada vacía un gato negro que se alejaba bordeando lentamente el río. Le pregunté si su cámara estaba prendida. Creía que era importante pedirle que "me" borrara, pues mi desnudez a plena luz de día a media calle, al acceso de todo el planeta, viajando por Internet, repetida millones de veces, promoviendo algún producto comercial tipo lentes solares para evitar los reflejos… utilizada con fines pornográficos… NOOO!
Hoy me parece tonto este temor.
De manera torpe logré que me invitara a ver lo que había filmado. Al entrar a su casa me topé con montones de telas, dibujos, esculturas en barro y plastilina, grabados, pirograbados... Trató de explicarme un poco "su arte". Me dijo que busca atrapar la imagen con todos los medios posibles. Que la utiliza como materia, o sea como pigmento, papel, tinta, fibra. La vacía de su "virtualidad", le da cuerpo. Incluso utiliza textos, como éste que estás leyendo, para crear imágenes que luego trata de llevar a una tela y darles substancia física. Piensa que todo lenguaje codifica una realidad y que si lo hace coherentemente, puede convertirse en una realidad más "real" que la que creemos conocer como "realidad"… nunca entendí nada en realidad de todo lo que me dijo aquella tarde. Incluso trató de explicármelo de manera práctica: escribió con tinta china sobre mi piel el cuento de una mujer que no lleva ropa interior, fotografió mi torso desnudo cubierto de letras, acentuó en la pantalla la redondez de mis senos, pegó sobre una tela la imagen una vez impresa, me dibujó directamente sobre la misma tela en la posición que tenía cuando acaricié al microperro, esta vez, desnuda completamente; pegó hojas con este texto en todas las zonas aun vacías, cubrió todo de cera con pigmentos, quemó la superficie con fuego y las imágenes surgieron de nuevo.
Desde entonces soy su modelo. Ya me instalé en Toulouse para poder ayudarlo a materializar la imagen, a darle substancia. Al menos es lo que les escribí a mis padres. No sé si tenga sentido… Para darle mayor credibilidad a mi posición como modelo profesional, les tuve que decir lo que toda persona espera saber normalmente sobre un artista que se presenta:
Les dije que había expuesto en México, en Nueva York, en Oxford (Mississippi), en Gotemburgo (Suecia); en Paris, Toulouse, Grenoble (Francia); que había sido becario del FONCA en 95; que había dado cursos de encáustica y de dibujo en Oxford; que actualmente expone en una galería llamada "La Zinguerie", manejada por un fotógrafo conocido aquí en Toulouse, Philippe Assalit; y les di una dirección de Internet por si querían ver en pantalla algunos de sus cuadros: http://www.galart.com
Nunca me contestaron.
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Publica por primera vez en Ficticia el: 06/Abr/01