De los deseos imposibles

Ana Clavel

México fue una ciudad vehemente como el deseo que le dio origen. Esto se cuenta de su fundación:

Los cazadores de una tribu tuvieron un mismo sueño y una misma sed. Vieron a una mujer que dormía en las aguas de un lago. Soñaron que la forzaban y que ella, sin despertarse, respondía a sus caricias y a su violencia. La tomaban una y otra vez pero ella no despertaba del sueño de agua y ellos en realidad no la poseían.

Al amanecer, los cazadores buscaron aquel lago. Peregrinaron de un sitio a otro pero no encontraron rastros del sueño y, en cambio, su sed por la mujer iba en aumento. Un día, exhaustos, llegaron a un valle rodeado de montañas y volcanes. Entonces la vieron: una mujer de agua dormía recostada en el lecho del valle. Los hombres corrieron a su encuentro pero cuando creían tenerla entre sus manos, sólo tocaban el agua cristalina.

ecidieron permanecer ahí donde un espejismo casi había hecho realidad su sueño. En la construcción de la ciudad cada uno recordó a la mujer: la gravidez de las caderas, el horizonte de su rostro, sus párpados tenues; también la brutalidad del asedio, la violencia al someterla. Así, lenguas de tierra y argamasa penetraron las aguas, barcas afiladas rasgaron los canales recién formados, palacios y chinampas flotaron como besos perennes. Los cazadores, medio cuerpo en el agua, se volvieron pescadores. Y en las redes que arrojaban al lago las noches de luna llena, intentaban apresar aquella mujer de plata que brillaba en la superficie del agua.

Hoy México es una ciudad extinta como el deseo que le dio origen. A fuerza de buscar poseerla, los pescadores y los viajeros, siempre sedientos, terminaron por beberla. Hoy los visitantes se detienen en alguna de las montañas áridas que rodean el desierto. Sólo aves rapaces, cactáceas y reptiles se asientan en sus arenas ardientes. Entonces los visitantes huyen: presienten el cuerpo de la mujer de agua que dormía en el lecho del valle y se descubren una sed rotunda y desesperanzada, capaz de secarles el alma.

 

Del libro Los deseos y su sombra, Alfaguara, México, 2000. Cuento reproducido con autorización de la autora.


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* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 02/Feb/02