Chiste
Cecilia López
Nació como todos los chistes, por generación espontánea en medio de una conversación. Sin embargo, este chiste veía más allá y quiso ser cuento...
Así, antes que nada tenía que cambiar su inicio para que no sonara a ahitienesquestaún. En el principio quedó el verbo.
Ahora debía crecer, redondearse, ser más ancho y profundo. Se empezó a meter de todo, ideas, metáforas, adjetivos, sustantivos, cláusulas, vueltas de tuerca y comas y puntos y rayas.
No obstante, cómo les sucede con frecuencia a los cuentos, éste no supo dónde parar y en sus entrañas procreó personajes a granel, quienes luego luego se trajeron sus historias, sus anécdotas y, cómo veían que aquél resistía, fueron a llamar a sus árboles genealógicos.
Ya encarrerado, la prosa y el verso, la ética, la moral y la filosofía formaron su cuerpo, al que llamaba corpus, porque se creía mucho. Pero a pesar de todo no pudo deshacerse de su origen primigenio, por eso la Biblia tiene su chiste.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Oct/99