El Viejo
Humberto Pérez Mortera
Ahí va el viejo.
Desde mi ventana lo observo.
Es mejor que no corra las cortinas. Me da miedo que me vea y me salude.
Me gustaría sonreírle y correr hacia él agitando la mano. Pero no lo hago. Sé del dolor que le causa verme a lo lejos.
Ya no camina fuerte y orgulloso. Trae los hombros caídos y la mirada gacha. Sin buscar nada. Sin esperar nada.
Sus pasos son lentos.
Con ambas manos carga una bolsa de pan. Encima de ella, un cartón de huevos, que se zarandea y parece caer de un momento al otro.
Está muy flaco.
Como puede se sube los pantalones. Ropa vieja y descuidada. Sucia. Percudida. Ya no tiene quien se los planche.
Sin voltear cruza la calle. Se detiene en la esquina de mi casa y se acomoda los huevos.
Viene hacia acá. Sabe que vivimos aquí; pero nosotros nunca salimos cuando él está cerca.
¿Y si se asomara por la ventana y me viera? ¿Si tocara a la puerta?
Por favor no te acerques.
Un bolillo se le ha caído y lentamente rueda calle abajo.
¡Anda, viejo, sigue el mismo camino!
Se recarga en la puerta de nuestra casa y se lleva las manos al pecho. Los labios los tiene partidos y no deja de temblarle el mentón.
Trata de sonreír. Los incisivos llenos de mugre.
Mejor me agacho y cuento hasta quince. A ver si cuando termine ya no lo veo.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince.
Él sigue ahí. Tiene las orejas arrugadas y los cachetes hundidos.
Por fin parece que se va. Da un paso. Otro. Pasa frente a mi ventana sin voltear.
Estoy seguro que no me vio. Con la vista abajo se aleja, mientras chacotea con los zapatos. La suela la trae destrozada.
Se ha ido.
Ojalá y nunca vuelva.
Que bueno que no estaba mi hermanito. Cada vez que ve pasar a papá se pone de necio. Llora. Llora mucho y luego moja los pantalones. A mí también me da tristeza y le digo a mamá que lo perdone. Qué mi papá no es malo. Que se equivocó. Que lo del otro hijo no es cierto. Que sólo fue sexo.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Jul/02