Estación de Tren

Estrella del Valle

Sabes que te hablé de golpe, que no quise hacerlo, que me obligó la ira, pero ya todo esta bien, esta bien de verdad ¿Es que no vas a creerme nunca? Deberías ponerte en mi lugar, saber por un momento como se siente que miren con esos ojos extraños todo lo que haces, deberías sentir esas miradas clavarse filosamente en tu espalda mientras te repites, una y otra vez y otra que eres un inútil, que tienes la cabeza hueca y nunca has hecho nada bien en tu pinche vida; pero no, tú nunca has aguantado detrás de ti las risitas ridículas de las secretarias de la oficina porque nunca en tu vida has trabajado, pero no te culpo, no te culpo por eso, discúlpame, discúlpame, por favor, es sólo que me molestan esas cosas, ya deberías de saberlo, pero no sé donde tienes la cabeza, tengo que repetirte todo de nuevo y sabes como me enoja tener que repetirte las cosas, escuchar las risitas estúpidas en mi cabeza y repetir las mismas cosas, mientras tú estas como idiota paseándote entre la televisión y la ventana ¿No te cansas?. Esa noche caminé hasta la estación de trenes, ya te lo dije, pensé que un poco de aire en la cara me haría sentir mejor, quería mirar los vagones alejarse con ese sonido ensordecedor que he padecido toda mi vida. Fui a la estación de trenes, fui a esconderme otra vez, como antes ¿Te acuerdas? Pero ese día fue diferente ¿Me crees? Fue diferente, quería escucharlo, quería sentir como mi corazón palpitaba con ese silbido, porque hace mucho tiempo que no siento mi corazón, hace mucho tiempo que mi corazón dejó de latir. En algún tiempo pensé que era una alucinación de mi parte, el corazón no deja de latir porque sí, no, yo lo sé, pero no lo escucho y me entra la angustia cada vez que llevo mi mano hasta el pecho y no hay ningun latido, no sabes lo que es tener un hueco en el pecho y no poder llenarlo con nada; tenía tanto miedo que tú te dieras cuenta de que estaba vacío, por eso fui a la estación de trenes, pero tu no me escuchas, nunca me escuchas cuando tengo que decirte algo importante, ¿estas escuchando? Por eso fui a la estación de trenes, para pensar en como decirte que no tengo corazón, que dejo de latir y quizá no lo vuelva a recuperar jamás. No creas que no me doy cuenta de todo lo que haces.

Me doy cuenta perfectamente de todo. Me doy cuenta de que no quieres responderme, que vas de la televisión a la ventana y no quieres responderme ¿También piensas que soy inútil? Yo no tuve la culpa, no sé como pudo pasar ¿Cómo iba a saberlo? Como iba a adivinar que estarías justo ahí, en la estación de trenes con tu maleta hecha y todo ¿Todavía crees que te seguí? ¿Todavía lo crees? Porque cuando a lo lejos vi una silueta igual a la tuya pensé en regresar a la casa, que no podrías ser tú porque me amas y yo sólo iba por un poco de aire en la cara, que no tendrías a donde ir con esa maleta, que no eras tú, pero ese tipo, Margarita, ese tipo que te besó me sacó no sé que animal del pecho y fue cuando mi corazón latió, volvió a latir Margarita, latió por ti; fue cuando te hablé de golpe y tu volteaste a verme con tu cara de idiota, por eso me arrojé hacia ti con todo el calor que mi corazón provocó y tu caíste a las vías, lo admito, pero fue un accidente. Cálmate. Fue un accidente. Ahora estas aquí, ahora ninguno de los dos ira jamás a la estaciones de trenes, te lo prometo, ahora estamos de vuelta en casa, cálmate y cierra la ventana que me ponen nervioso las sirenas.


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* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 09/Ene/04