Eutanasia
Isaí Moreno
Deseaba morir, y como lo prometía la promoción especial, sin dolor. Al llegar a la recepción de la clínica encontré una enorme fila de gente que esperaba su turno, se me entregó una lista interminable de requisitos burocráticos que debía tramitar par conseguir mi fin. Necesitaba certificar ante notario mi acta de nacimiento y se me dijo que las fotografías que llevaba conmigo tenían bastantes retoques. Me pidieron un fiador que no pude conseguirme; por si fuera poco, hasta tuve problemas con lo de mis huellas digitales (soy alfarero). Traté de sobornarlos, por poco lo consigo: me faltaron dos pesos con cincuenta centavos para llegarles al precio. Salí de allí furioso, dispuesto con todas mis ganas a seguir viviendo, para algún día, poder vengarme.
