La creación

Albert Lladó

Los creadores estaban satisfechos con el mundo que habían inventado. Era un mundo con diversas clases de especies. Pero para los creadores su especie favorita era una a la que llamaron PERSONA, tal vez porque era la que más se les asemejaba. Una PERSONA era un individuo, que se podía clasificar en sexo masculino o femenino, formado por un tronco, cuatro extremidades y una cabeza por la cual supuestamente debía de pensar.

Pero la genial idea del Creador 1 cambió todo. Éste se levantó de la mesa y propuso lo siguiente: << a estos seres creados por nosotros les hemos de borrar la cualidad de inmortales >>. El Creador 2 y el Creador 3 no se lo podían creer. << ¿Por qué? >>, preguntó el Creador 2. << ¡ Para que nuestra creación se parezca lo más mínimo a nosotros los hemos de hacer sempiternos! >>, exclamó el Creador 3. Pero el Creador 1 les acabó convenciendo de su genial idea. Haciendo de la PERSONA, y el resto de especies, seres transitorios se daba la oportunidad a que si un ente fallaba en algo (ya que los Creadores habían acordado hacer de sus criaturas seres imperfectos) podría tener descendencia que mejorara sus acciones. También se aseguraba así que en el orbe creado siempre hubiera sitio para todas las nuevas generaciones. Por eso, y prácticamente a la vez, los Creadores 2 y 3 gritaron: << ¡Sí!, ¡Renovar o morir! >>.

Una vez puesto el experimento en marcha, los Creadores se dieron cuenta de un pequeño problema. Resulta que sus criaturas tenían sentimientos y sufrían con la pérdida de sus allegados. Era demasiado tarde para cambiar todo el proceso.


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* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Nov/00