EDITORIAL
Agosto del 2012

En 2012 Ficticia celebra trece años de existencia, un número lleno de simbología desde que los antiguos volvieron los ojos al cielo para descubrir la constelación del felino con mirada de dios, animal fantástico dibujado por trece estrellas que, si bien puede devorar el universo, su sola presencia le da movilidad, fortaleza y vida a la creación, al hecho imaginativo del que nacen las historias, los cuentos que los hombres han leído ya en la piedra de la caverna, en la tablilla de arcilla, en el papiro, en el pergamino, en los vitrales de la iglesia, en el papel, en la tela de la pantalla grande, en la de cristal y, ahora, en la página electrónica en busca del placer prohibido, del sueño sin sueño, de los deseos que sólo se suceden en la cabeza de quien lee para sí y es capaz de devolverle la mirada al mundo con ojos de dios dibujado por trece estrellas.

 

Por ello, para la presente actualización de la Antología de Ficticia, el Concilio de la ciudad ha escogido trece cuentos de diez autores que han publicado libros recientemente en Ficticia Editorial, entre los que se encuentran varios escritores con una amplia trayectoria como cuentistas, otros que han ganado los premios mexicanos más importantes del género, además de cuentistas que apuestan su obra primera en este proyecto.

 

Dentro de los primeros hay que destacar la ciudadanía ficticiana de Marco Aurelio Carballo, periodista de la vieja escuela con innumerables premios en el género informativo, cuyo lenguaje le ha llevado a explorar el mundo de la ficción con textos sorprendentes, llenos de malicia y aromas a esa época en la que la literatura se cantaba en una máquina de escribir y el tiempo transcurría lentamente. Otro autor de añejos temas es Jorge F. Hernández, gustador de la fiesta de sangre y sedas, toros y luces, y dueño de una prosa soberbia. Elvira Aguilar, por su parte, nos cuenta historias al parecer lejanas, pero que una vez leídas las sentimos como si nos hubieran sucedidos a nosotros mismos, mientras que Roger Mertri, poeta de altos vuelos, violó la cerradura del portal ficticiano con los hechizos de la palabra convertida en cuento.

 

Al segundo grupo pertenecen Armando Gutiérrez Méndez, Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2010, y Godofredo Olivares, miembro de la familia ficticiana desde mucho antes de que él y nosotros supiéramos. Y al tercero Elizabeth Flores —que el mar está en su cabeza—, Juan Marcelino Ruiz —que presenta en la Antología un cuento fantástico que es una joya—, Tayde Bautista —que nos enseña la vida secreta de un vestíbulo de hotel— y Eric Uribares, que suele encontrar en el periódico los más extraños y alucinantes oficios clasificados.

 

Todo lo anterior en lo que concierne al trece como número de ficción, ya que es sabido que en algunas partes se le niega la existencia. En lo que toca a nuevos trabajos de ficticianos ilustres, Guillermo Samperio nos presenta otro de sus relatos que lo señalan como uno de los grandes maestros del cuento, y dejamos al lector curioso la búsqueda de las demás buenas nuevas de la ciudad, pues gracias a un financiamiento imaginario que sólo está en la cabeza del Concilio de Ficticia, se ha podido renovar y embellecer diferentes zonas de nuestra metrópoli. 

 

 

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