En la Red

Literatura y entretenimiento

Eduardo Olivares

Navegando por la red de redes y a la caza de algo más que las clásicas páginas pornográficas o los consabidos chats para adolescentes tardíos, es realmente un regocijo cultural y anímico toparse con www.ficticia.com. Su acceso es sencillo a partir de cualquier buscador potente -aunque yahoo! ha probado una mayor velocidad de búsqueda y una mejor definición-. Desde el inicio hay fuerza y seguridad en la propuesta porque bajo el letrero de bienvenida, instantáneamente captura la atención la lacónica frase: "Prohibida la entrada a poetas". Ni modo. Y es que en Ficticia sólo caben los escritores de historias y los decidores de relatos, los que hacen del cuento su modus vivendi literario. Al momento de entrar a ficticia un contador me informa que soy el visitante número 10 mil 550 desde noviembre de 1999 -ży qué tal la página oficial del pasado mundial de futbol que recibía un promedio de 7 millones de visitantes diarios de todo el mundo?-.

La página inicial es por demás cómoda y todos sus servicios gratuitos: existe en primer lugar la <Antología> -sitio al que por invitación o concurso sólo entran los más avezados autores-, después se encuentran páginas bastante informativas de los escritores incluidos: datos biográficos, fotografías y la ubicación de sus cuentos en ficticia. También existe un <Foro libre> en donde cualquiera puede enviar un texto espontáneo o trabajado, a fin de ser criticado -con frecuencia ásperamente- y/o comentado -con elogios de todo calibre- por parte de los ficticianos (y prácticamente se le puede denominar así a cualquiera que trasponga los barrotes iniciales de Ficticia). El taller inmediato por internet es bastante aleccionador y bastante estimulante si se tiene temple para resistir los halagos y los ataques. Ficticia tiene como jefe mayor del cónclave a Marcial Fernández, escritor y tauromaquista empedernido. Y entre los fundadores encontramos a Ignacio Trejo Fuentes, Eusebio Ruvalcaba, Adolfo Castañón y Agustín Cadena entre otros. Ficticia cuenta con cartas de navegación que lo transportan a uno fácilmente a las diferentes zonas de esta ciudad virtual: hay cárcel, zona espacial, bar, botica, cementerio, estadio, hospital, iglesia, hotel y hasta zoológico; y es posible hallar en cada zona seleccionada historias y cuentos escritos en la temática propia del sitio ficticiano. También hay un café literario donde es factible meterse en discusiones -palabras obscenas incluidas- con cordialidad y frecuente certeza en relación con los temas de actualidad literaria. Desde la página principal, que recibe al usuario con la minificción del día para poner al visitante en posición de lectura, hasta la página que registra el libro de visitantes y sus comentarios, www.ficticia.com es un sitio poco común en la red -y además mexicano- que vale la pena visitar. Sólo habría que esperar una mayor promoción e interactividad del sitio -un chat literario, una mejor vinculación con el mundo externo y una publicidad apropiada-, con el fin de que más interesados participen y disfruten la literatura más auténtica que hay en internet ahora.

El Financiero, Viernes 12 de mayo del 2000


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