CHIAPAS, GEOGRAFÍA CUENTÍSTICA
Chiapas: Dimensión de la narrativa es un espacio que sirve como punto de reunión para trece escritores oriundos del estado sureño de México. Sin embargo, no es una antología que deba su existencia a este hecho meramente casual sino a un principio unitario de mayor importancia: la necesidad imperiosa de trazar el mapa imaginativo de una región en la que confluyen voces milenarias que claman por ser escuchadas.
Óscar Wong, antologador y autor, se propuso un trabajo complejo. "La característica primordial de esta muestra es su dimensión social, porque aborda los problemas fundamentales del individuo en relación con su entorno, pero no debe encasillarse en virtud de las diferentes lecturas que permite: literatura política, de índole indigenista o de franca denuncia social. La narrativa chiapaneca, independientemente de la temática, pretende encuadrarse en el marco de la estética" apunta en la presentación.
El resultado es un libro que ofrece diferentes razones para ser leído, y que abre con la narrativa de Emilio Rabasa fechada a mediados del siglo XIX, y cierra con autores contemporáneos cuyas temáticas son tan diversas como lo son sus intenciones.
Los personajes sociales por una parte, generan una realidad áspera (Los Llamas de Emilio Rabasa), por otra, se dibujan estampas de paisajes que reflejan y comulgan con la vida interior de los hombres (La llaga en el costado de Rafael Arles; La estrella fugaz de Leopoldo Borrás).
La naturaleza aparece salvaje y exótica, los animales, sus pobladores más cercanos, simbolizan temores (Una piedra en mi zapato de Óscar Bonifaz), representan el origen de la vida (El ciclo de la vida de Arturo Arredondo), y son el mito que limitan el territorio (Los trabajos de la ballena de Eraclio Zepeda).
En contraposición, los seres humanos constituyen una verdad hostil, son en muchos casos el otro, el desconocido, el enemigo (Pagre Piegra de Armando Duvalier; El chino de Leopoldo Borrás; Balún-Canán de Rosario Castellanos).
Si bien la sabiduría mágica y curativa puede ser dolorosa (La mitad del infierno de Óscar Palacios), la nueva fe también le hace sentir al hombre su impotencia (Señor Dios y La creación de Roberto López Moreno).
Las tradiciones locales sirven de excusa para expresar la silente realidad de la mujer (Los convidados de agosto de Rosario Castellanos).
Ya en las calles de asfalto, ya en los enfrentamientos, la territorialidad tiene que debatirse (Duelo de gamberros y La tarde anaranjada de Marco Aurelio Carballo). La justicia viene acompañada del olor de la sangre (Quien dice la verdad de Eraclio Zepeda), la lucha por crear una nueva vida, también (La elección y Los pechos de Faustina de Óscar Wong).
Frente a todo se impone la realidad (El presente de Leonardo Da Jandra), la necesidad de que el ayer y el ahora se encuentren en un espacio en donde el dialogo no sea antagónico, en dónde la palabra sea escuchada.
Mónica Villa
Noviembre del 2000
