Savater, Fernando |
Fernando Savater nació en San Sebastián, España, 1947. Como él mismo ha señalado, se vio obligado a comenzar a escribir gracias al Generalísimo Francisco Franco quien, además de encarcelarlo, lo expulsó de la Universidad y, con ello, lo puso en la necesidad de ganarse la vida escribiendo. Así, gracias (al menos en parte) a Franco, Savater ha producido una larguísima lista de libros (en una antología publicada en 1995 se señalaban, como "textos escogidos", 26 volúmenes) en los que ha usado casi cualquier género literario conocido (aunque no sé si ha escrito poesía), para sostener más o menos las mismas tesis. En efecto, Savater ha escrito novelas (Caronte aguarda), ensayo literario y filosófico (Apología del sofista, Perdonadme ortodoxos, El contenido de la felicidad, Humanismo impenitente), libros de moral (Ética para Amador), libros de filosofía más o menos académica (Invitación a la ética, La tarea del héroe, Ética como amor propio), de teoría de la educación (El valor de educar), de crítica política (Ética y Política, Perdonen las molestias) y hasta libros de viajes (A caballo entre dos milenios). Como esta pequeña lista muestra, Savater se ha ocupado de casi cualquier problema, pero siempre con una característica y dos temas como preocupación implícita. Por un lado, Savater ha escrito en un español que suele ser impecable, comprensible y divertido. Esta no es, hoy en día, poca virtud. Por otro lado, dos grandes tesis, o ideas generales, aparecen siempre en sus textos. Una consiste, dicho en negativo, en el rechazo de la moral de las "almas bellas". La otra en la propuesta de una moral particular, la moral del "amor propio". Savater es, en el fondo, un moralista, pero un moralista que rechaza la moral del "hacer el bien sin mirar a quien", la moral de la imposición de normas morales independientemente de sus consecuencias y, más que nada, de sus consecuencias para la libertad individual. En contra del moralismo común y corriente, Savater propone una moral del "egoísmo bien entendido" o como él mismo prefiere, del "amor propio". Se trata de "hacer lo que uno quiere" o de "darse la buena vida", pero siempre teniendo en cuenta las consecuencias de las acciones propias para los demás. Quizá más que una moral del amor propio, lo que en el fondo propone Savater es una ética del egoísmo responsable. Por ello puede defender a la fiesta de los toros o sostener que la ética nada tiene que ver con la política y, al mismo tiempo, defender los derechos humanos, la democracia liberal y representativa y criticar, aún a costa de su seguridad personal, a la barbarie de ETA. Probablemente la mejor manera de entender qué hace Savater, a través de la enorme cantidad de sus escritos, sea reproducir un párrafo citado por él mismo en el que Gilles Deleuze resume la perspectiva de Spinoza: "Spinoza no creía en la esperanza ni siquiera en el coraje; no creía más que en la alegría y la visión". Savater defiende en sus escritos, en última instancia, a la alegría y la visión, con todas las ventajas y riesgos que tal posición conlleva. Es por ello, más que nada, que vale la pena leer a Savater.
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Publica por primera vez en Ficticia el: 06/Abr/02