El supercomputador
David Boanerge Pérez Navarrete
El superniño de un lejano futuro donde las máquinas y los seres humanos se entendían a un nivel de igualdad, se sentó frente a su terminal cibernética de poliplast transparente.
- S.C. (Super Computador), dime, ¿qué es la realidad?
El S.C. reflexionó un microsegundo y ecuánimemente dijo con una voz que no sonó nada artificial:
-La realidad es aquello que ves, es todo lo que tus sentidos perciben y lo que tu propia mente concibe como algo real.
-Pensaré en ello -dijo el niño, y se marchó a jugar con su robot invisible, con la ciudad atrapada en una esfera de cristal, y con los círculos y rectángulos de suave crono-espuma que subían más y más arriba.
Cuando se cansó de jugar, se teletransportó a la cocina y pidió un vaso de chocolate reciclado y unas crujientes galletas malteadas con chispas de luz líquida.
Luego, subió a su cuarto atravesando la pared de enfrente y levitando sobre el techo de la cochera para una nave estelar monoplaza.
-S.C., ¿la realidad puede dejar de ser realidad alguna vez?
-En efecto, sólo es cuestión de que deje de serlo.
-¿Yo puedo que toda la realidad se borre S.C.?
-Afirmativo. Espero órdenes.
-¡Bórralo todo! -ordenó impulsivamente el niño.
En las entrañas heladas del Super Computador, el programa denominado como realidad se borró, incluyendo el mundo, el niño y su habitación, su robot transparente, su osito de peluche y todo, pero todo, el universo y sólo quedó el computador.
Luego, hasta éste se borró.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 03/Oct/05
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