El escritor inédito
Miguel Ibáñez
Mientras caía, el hombre al que acababan de disparar vio desde el andén los rostros de los viajeros del Metro: urgentes, silenciosos, irreales.
Cada viajero no vio más que un fragmento: un hombre eleva una pistola, un letrero indica la salida a la calle, un hombre apunta a otro con una pistola, se anuncian chalés unifamiliares en un cartel, un fogonazo, un hombre cae al suelo, los azulejos blancos brillan a la luz del fluorescente, "ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA VIVIR...", de nuevo la oscuridad del túnel.
Sólo el asesino y la víctima vieron la historia completa. El asesino posee ahora el relato de la muerte de su víctima. Es el dueño del relato. También su esclavo: él sabe la verdad y está atado por ella.
Cada uno de los viajeros intentará reconstruir la historia. La policía intentará reconstruir la historia. Pero en alguna parte el dueño del relato se esconde con su tesoro. Su libertas, quizás su vida, dependen de que nadie logre juntar las frases sueltas, los párrafos aislados, las intuiciones. Su libertad y su vida dependen de que su historia le siga perteneciendo sólo a él.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Abr/01