Falsedad
Fernando C. Pérez Cárdenas
-Marco, Marco... Fue simplemente maravilloso... -le susurraba Clara al oído mientras los dos yacían desnudos en la cama.
Lentamente, él alcanzó su vaso y saboreó el Chivas Regal. Pensaba en otra mujer. Cerró los ojos y recargó su nuca en la almohada. Ella posó su oreja izquierda sobre su velludo pecho y le acarició con ternura el cabello. Marco, Marco... Él sonreía. Resultaba divertido oírla pronunciar tan sensualmente ese nombre, identidad que él inventó para escapar de la justicia que lo perseguía por haber defraudado a todos aquellos inversionistas avariciosos. Qué fácil fue engañarlos con sus falsos títulos y acreditaciones. Pero nada lo había hecho sentirse más satisfecho que aquella etapa de su delictiva carrera en la que logró poner en circulación tantos billetes impresos en el sótano de su casa.
Al terminar de vestirse se aproximó a Clara, que permanecía debajo de las sábanas, para besarla y despedirse.
-Vendrás mañana, ¿verdad, amor? -preguntó ella suplicante.
-Haré todo lo posible.
Ya en la calle la sonrisa se le dibujó más abiertamente. Se sentía complacido. Viril. Repasaba en su mente el orgasmo fingido de su amante.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 02/Feb/02