Guaguancó Molecular
Virulo
Al principio todo fue silencio, un silencio de nada, un silencio absoluto. Había tanto, pero tanto silencio, que el propio silencio se asustó consigo mismo y el corazón comenzó a latirle con fuerza. Esta taquicardia cósmica despertó a las estrellas que, parpadeando sobresaltadas, se asomaron al universo...
El universo era infinito, oscuro; a la luz le dio tanto miedo que quiso escapar y huyó a la velocidad de ella misma. La luz al pasar despertó a los planetas que tuvieron un ataque de nervios y empezaron a girar, tropezar y originar meteoritos, cometas y otros enloquecidos cuerpos celestes que corrieron despavoridos en todas direcciones.
Por si esto fuera poco, algunos soles, alterados, perdieron el control y empezaron a explotar en forma de supernovas mientras que otros se achicaron de miedo creando unos agujeros negros en el espacio que se tragaban al que pasara cerca.
Toda esta histeria cósmica hizo que muchos añoraran regresar a la nada, al silencio original, pero el silencio había escapado por un agujero negro y nunca más se supo de él...
Y en ese mismo momento, en un estúpido planeta, perdido en los confines de una estúpida galaxia, a una estúpida molécula se le ocurrió agruparse con otra molécula, tan estúpida como ella, iniciando una serie de estúpidas reacciones químicas que finalmente dieron origen a la vida.
La vida evolucionó como le dio la gana trayéndome finalmente hasta aquí, y aquí estoy aunque probablemente el universo no se entere nunca.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Ene/00