La Cura
Marcial Fernández
Cierto día despertó con un terrible dolor en la cara. Desde entonces y durante años visitó médicos generales, neurólogos, acupunturistas, homeópatas, brujas, charlatanes y otros; y a decir verdad ni aspirinas ni drogas ni agujas ni chochos ni otras tantas medicinas atinaban a quitarle el mal. Cobarde como era acabó por contratar un asesino a sueldo. Éste definitivamente lo curó.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Oct/99