Cuento para espantar el sueño

Luis Javier Plata Rosas

Tengo un problema. La mayoría de la gente sufre de insomnio en algún momento de su vida, sobre todo por la tensión que experimenta día con día en el trabajo, en la calle y en el hogar. A mí me pasa alrevés: duermo demasiado y desde el momento en que me acuesto hasta que suena el despertador no dejo de soñar. Van ustedes a decirme que todos soñamos y que la única diferencia es que no todos recordamos siempre que soñamos y mucho menos lo que soñamos. Sí, lo sé. Pero lo que realmente me preocupa en mi caso es que a mis sueños les da por irse de vacaciones a la playa. Y no a cualquier playa, a Puerto Vallarta. Sí, como lo escucharon y por favor no me vean de esa manera porque me inhiben y necesito desahogarme con alguien. Dicen que el peso de nuestras tribulaciones es menor si se comparte entre varios.

¿Por qué tuvo que ceder mi madre ante la presión del cura de mi pueblo? Mi destino era ser Erick, pero el sacerdote comentó: "Yo ni en sueños bautizo niños con nombres extranjeros. ¿Erick? ¡Por favor, ni que fuera vikingo!". Y un nuevo Juan José salió esa mañana de la iglesia. Tal vez se pregunten qué hay de malo con ese nombre y qué tiene que ver con mis sueños vacacionistas. En principio nada; excepto que, al enterarse de mi pequeño problema, mis amigos comenzaron a llamarme "José El Soñador" y, cada vez que me despido de ellos, no pueden dejar de tararear "Juan Pestañas". Sí, así es, la canción de Cri-Cri, el famoso y para mi cada vez más odioso "grillito cantor". Peor que estos apodos es que comenten con otras personas que tengo "sueños húmedos", porque la gente es muy mal pensada y nunca deduce que mis sueños se humedecen por las condiciones meteorológicas propias de Vallarta; en vez de ello, las personas asumen que el tal Juan José es un erotómano incapaz de cambiar la ficción por una pareja de carne y hueso.

No recuerdo cuándo ni cómo decidieron mis sueños irse a Puerto Vallarta. Tampoco sé porqué eligieron ese destino en especial y cómo no se cansan de vagar por las calles de esa ciudad, pero desde entonces han organizado múltiples actividades en Vallarta: desde simples caminatas por el malecón hasta recorridos culturales por sus galerías, e incluso congresos y reuniones anuales donde intercambian experiencias. Últimamente algunos sueños se han manifestado en contra de la globalización y en sus pancartas se lee: "Rechazamos la imposición de las políticas económicas del Banco Onírico Mundial", "Sí al libre tránsito de sueños". Por culpa de tan agitados sueños, cuando duermo me es imposible descansar. Al despertar me siento como si en realidad hubiese acompañado a cada uno de mis sueños en sus actividades vacacionales y todo el día estoy cansado. He estado a punto de perder mi trabajo porque no puedo concentrarme y sé que una siesta lo único que hará es empeorar las cosas.

He intentado decirles a mis sueños que es hora de volver a trabajar, que la vida no es una fiesta y que sus vacaciones ya duraron demasiado. Mi sueño más rebelde de inmediato me respondió que mis problemas no le quitaban el sueño. Estúpidos sueños: no se dan cuenta de que son unos parásitos que viven gracias a mí. A diferencia de otros bichos, que no te matan porque eso conllevaría su suicidio, piensan que mi muerte será un sueño eterno, vacaciones sin fin para todos mis sueños.

Como dialogar no ha servido de nada, he recurrido a un gran número de especialistas de los más diversos campos, con resultados nulos. Como dijo el Dr. H, director del Instituto Mexicano de Estudios sobre Trastornos del Sueño: "en realidad, nadie sabe con certeza porqué soñamos". Que me perdonen los científicos, pero yo sí lo sé: sueño porque mis sueños no pueden dejar pasar una noche sin bailar en las discos de Vallarta. Que me perdone Freud: mi problema no está en mi subconsciente, sino en que mis sueños son unos inconscientes. Y perdónenme ustedes, pues mi sueño dorado es que se ahogue en el mar alguno de ellos, de preferencia un sueño pequeñito, para que los demás entren en razón, terminen su francachela y rebauticemos el lugar como Playa de los Sueños Muertos.

¿Que si tengo pesadillas? A decir verdad, sólo una. Es una pesadilla recurrente que no puedo dejar de soñar y comienza así: Tengo un problema. La mayoría de la gente sufre de insomnio en algún momento de su vida, sobre todo por la tensión que...


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* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 07/Jul/05
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