Plutonianos
Ricardo Martínez Cantú
Para la sensibilidad -poco sensible- de los plutonianos, su ambiente no es frío, sino templado. Para los enormes ojos -todo pupilas- de los plutonianos, su entorno no está a oscuras sino en penumbra; y su cielo no es negro, sino dorado (aunque ellos al dorado lo llamen celeste, es decir color de cielo).
Los plutonianos están divididos en nueve tribus que, desde el origen de los tiempos, han combatido entre sí por la posesión del mejor lugar sobre el planeta: Anva Luin (El Amplio Valle Bajo La Luna Inmóvil), pues su Libro Sagrado promete posibilidades ilimitadas de crecimiento físico e intelectual para la tribu que logre permanecer nueve generaciones seguidas bajo el influjo magnético de Caronte. Cada una de esas nueve generaciones habrá de ser más corpulenta que la anterior y más sagaz.
Sin embargo, una vez echada a andar, no hay forma de parar la evolución y el progreso sostenido termina siendo nefasto: Los integrantes de la novena generación de la tribu asentada en Anva Luin contestan finalmente La Gran Pregunta, pero advierten entonces -con desencanto- que lo que da sentido a la vida es la búsqueda de La Gran Respuesta y no su posesión. Los integrantes de esa novena generación son además gigantes tremendamente fuertes, pero su fuerza no les impide derrumbarse y ser aplastados bajo el enorme peso de sus propios cuerpos.
Son, entonces, derrotados sin problema por alguna de las otras tribus que han esperado pacientemente su momento. Y un nuevo ciclo da comienzo.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 10/May/00