Un error de Apolonio, el perfeccionista silencioso

Isaí Moreno

Apolonio era amigo del silencio y sabía que éste es el cómplice de las grandes fechorías. Por ello, cuando decidió matar a Eleonora, su mujer, además de todas las precauciones debidas, se procuró una pistola costosa, con silenciador, para que ninguno de los vecinos de la residencia escuchara. Ya se encargaría de la muerta después, con más tranquilidad. Sí, los silenciadores son caros pero efectivos. Con lo que no contaba Apolonio fue con el alarido agudo que alcanzó a dar su mujer una vez recibido el tiro silencioso y certero en el pecho, mismo que despertó al perro de la casa, el cual ladró con insistencia pensando en ladrones y despertando a su vez a los primeros vecinos, el guardián canino, queriendo saltar por la ventana a la habitación del crimen consumado, hizo que se accionara escandalosamente la alarma antirobos, misma que todo el vecindario escuchó. Se congregaron en la casa y lo prendieron. Lo entregaron a la policía enmedio de un ruidoso, el más ruidoso alboroto que Apolonio había escuchado en su vida de silencios.


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* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 10/Jul/00