Especulaciones
Óscar Cossío
-Sienta allá
(Silencio)
-Te digo siéntate.
(Lo mismo)
-Con un carajo. ¡Te ordeno sentarte!
(Mostrando visible mala gana, el ‘otro’ obedece)
-Pongamos las cosas en claro, soy tu autor, te estoy creando. Sin mí no tienes vida, así que puedes considerarme tu dios, por lo menos demiurgo. Éste es el momento de la creación. ¿Qué tal si me facilitas un poco las cosas? ¿Si me ayudas a darte carácter y características?
-Precisamente lo contrario. ¿No que eres mi autor? ¿Mi creador? Tienes que luchar conmigo. Darme forma. Para eso estás.
(¿Autor? ¿Creador? No muy bueno, por lo visto)
-Puedo empezar por darte un nombre. Me gusta Malatesta. Pero me tiembla la computadora, porque una compañera, de mucha inteligencia, lo critica diciendo ser demasiado obvio.
-Agárrate de tus convicciones. Acaso vas a estar sujeto a cada crítica. De cualquier manera no parece que esto resulte gran obra de arte. Me quedo con Malatesta.-
-Puede ser tengas razón. ¿Qué tal una mujer? ¿Una Evatesta?
-!Ahora si ...! ¡Evatesta! ¡Ni de chiste!
-Quizá tengas razón. No resulta nombre agradable.
-Ni mucho menos
-Pero un personaje requiere de pareja para construir la historia.
-Casi siempre es cierto. Podrías hacerme homosexual. Así una mujer sería secundaria.
-Sí, podría. Pero es demasiado difícil para mí. Para eso es necesario busques otro autor.
-Ya estoy contigo. Ni modo. Aquí nazco y muero.
-Bien. Estamos amarrados. Lo siguiente será encontrar un asunto interesante.
(El autor continúa luchando, enfrentándose al "terror de la página en blanco". ¿Será así en todos los casos? Jack Keruak y su escritura automática parecerían ser una solución. Sus Dharma Bums es formidable. Pero Keruak terminó de mala manera, una cosa por otra. Y, de todas formas, cuando este autor intenta tal fluidez instantánea tan sólo logra tonterías mayúsculas. Por otra parte, el que esto escribe está haciendo juicios inaceptables para cuando se escribe en ‘tercera persona’, tal cosa es asunto del lector. Pero ya están aquí)
-¡Veamos! ¿Qué tal un asunto policiaco?
-Soy malo para manejar pistola. Aunque mucho me divierten películas del género, como "Duro de Matar"
-Pue que tengas razón. Requiere mucho más ejercicio del que acostumbro. Saltar de rascacielos en llamas no me atrae mucho.
-¡Oye! Si tu intento es dedicarte a escribir deberías cuidar el lenguaje. Por lo menos. Eso de Pue no se lee bien.
-Atrasado está el personaje. Por lo visto no escuchaste al santo santoctum Marquez García, abogando por la libertad de los que queremos sacarle jugo al cerebro.
-Malos y tristes jugos parecen estar saliendo.
-Tus ironías me llegan al muslo. Me las paso por los güevos.
-¿Quieres o no lectores?
-No nos adelantemos. Primero habría que encontrar al que publique.
-Por ese camino, ni maiz.
-¿Y un asunto cachondo?
-Gústame la idea.
-La pareja ni siquiera necesita nombre.
-Cierto.
-¿Madama X? Suena velado, misterioso, interesante.
-Me quedo con ella, pero ya suéltala.
-Allá va. A lo directo. Directamente a la cama.
("El mundo ‘fuera’ no importa. No guerra. No hambruna. No matanzas. Ahora Malatesta construye ‘su’ mundo entre sábanas. Finalmente la tiene aquí. Fruta largo esperada, saboreada en sueños, en encuentros casuales cuando ella muestra la tersa columna de sus piernas, piel invitadora. Desbordante deseo de subir con rastros de lengua, marcando veredas de saliva, hasta la raíz invertida que arriba se encuentra. Ahora ¡por fin! ¡por fin! A su alcance. Entre sábanas. Prolongar el momento. Hacer pasión larga. Al tocar los pezones turgentes siente ligeros temblores de respuesta. Suave caramelo. Dulcemente los rodea con penetrante lengua. Pronta es la respuesta. En sus piernas siente jugos vaginales invitando a beber. Se hará. Se hará. Pero después. Prolongar el placer)
Ahora estas magníficas y suaves medioesferas, mediomanzanas, mediomelocotones. Sorpresas, agradables sorpresas en el camino. Un sólo y largo vello saliendo de la mitad dela colina entra en su boca, llega a su campanilla. La sensación de ahogo es más que placentera. Lo goza y deja ahí, con esperanza de nuevo encuentro, disfrute.
¡Y los olores! Ah...oleadas de pasión que por dentro me arropan. Ah... frutas maduras, verdes, pasadas. Pasad que sois bienvenidos, olores de pasiones.
Ella no es pasiva. Goza sus haceres y se deja hacer. Mientras ha tomado su miembro, lingam en la mano, y acaricia mientras se deja hacer. Él, temor de eyacular. Mejor después. Ahora cierra las llaves, las venas. Aunque trabajos le cuesta. Controla. Prolongar el placer.
Está en su cuello. Va hacia el lóbulo, mientras acaricia el cabello, ya enredado, que se atora en sus dedos. No lo violenta. Por lo pronto el dolor no es parte del juego. Su lengua rebusca y muerde mansamente ahí, donde el arete estaba. La respuesta es un prolongado gemido de placer, sordo, acallado. Antes poder besarla, ella suplica: ¡Déjame hacer!
Autor: ¡Canijo Malatesta! Te estas saliendo de mis manos, mi control.
Personaje: Pero como me divierto. Anda. Sigue. Tu trabajo es darle a las teclas.
-No es tan sencillo. Mi trabajo es darle al cerebro. Y ahora me preocupa que tu pides irte a la cama, pero puede no ser momento propicio. Que no sea el género apropiado.
-¿Cuál género? Esto es solamente "especulaciones"
-Tal cosa no existe. De por sí me califican de vodevilero. Quizá debería tratar los asuntos con mayor seriedad.
-Ese es su problema. Si algún lector no tiene sentido del humor, pues con su amargo pan se lo coma. Basta de tonterías. Asuntos más importantes me esperan. ¡A la cama, he dicho!
-Que sea tu responsabilidad.
-Así sea.
"Antes que pueda besarla, ella suplica: ¡Déjame hacer! Él es ahora pasivo actor. ¡Oh! Sabia lengua. Doctos cabellos que intencionados se deslizan por la piel causando miríadas de estremecidos placeres a cada contacto. Expertos senos, esferas celestiales, ligeramente presionan lugares que afloran recóndito erotismo.
(Hay que darle crédito, aunque se trate sólo de crestomatía)
Volvamos al asunto en cuestión.
Instruido aliento que juguetón despierta espacios hasta ahora incógnitos. Labios ¿‘quo vadis’?. No. Sí. No. Sí. Más, mucho más. Yo os lo suplico. Y...introduce el miembro, falo, lingam. Se lo come. Pretende comer. Lo acaricia de arriba abajo. Se detiene deleitosa en la cabeza, la apretuja con dientes. Resbala suave lengua que sabia sabe hacer áspera, en oleadas, por turgente tronco de la pasión.
No más. Imposible contener y la explosión sale llenando su boca. Leche-miel que acepta gustosa.
* Derechos de autor del autor. Publicado en Ficticia con permiso del autor, el: 06/Abr/01