López Delgado, Ismael

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               Cuando Marcial me comunicó que algunos de mis cuentos eran susceptibles de publicarse en este sitio y que debía que enviarle una semblanza, además de brincar de gusto, me pregunte: ¿y qué escribo?. Para no caer en una equivocación tomé un diccionario y encontré:

               1 f. Breve biografía de una persona o descripción de sus rasgos físicos o espirituales

               2 f. ant. Semejanza o parecido entre varias personas o cosas.

               La primera parte de la acepción se acerca más o menos lo que imaginaba, pero: ¿cuáles son mis rasgos físicos, o espirituales?, ¿a quién le interesa eso?. La segunda me dejo aún más confundido: ¿sí es mi semblanza: qué parecido debo describir con otras personas o cosas?. Y, ¿si hago una mezcla de ambas, a ver que resulta?

               Vamos a ver, la gente que me conoce debería ser quien mejor pudiera hacer una semblanza, Mamá dice que nací el viernes de dolores del 65, y desde entonces el dolor le acompañó más seguido, y además en cualquier día de la semana. Aún ahora, de vez en cuando, todavía le doy algunos sustos. Ella sólo dice: ¡a que muchacho!. Algunas personas dicen que me parezco a ella. Otras dicen que me parezco más a Papá. Y me pregunto: ¿qué culpa tengo?. Es sólo una combinación genética la que definió todo. Aunque tal vez los años en la carnicería contribuyeron a la semejanza. José Alfredo, con gran seguridad afirma: físicamente eres la suma de todo lo que te has comido, mira las vaquitas, en bisteck, que tan bien cocinas; éstas a su vez se constituyeron del pastito que se tragaron, éste del agua que lo regó y así hasta que te aburras; espiritualmente tienes 15,000 millones de años de evolución y un buen de reencarnaciones. Si está en lo cierto mi karma es bastante grande. Con razón América a veces no me quiere ni ver. Nayeli dice, entre risas, que su papi parece loquito. Pero eso es algo que todo mundo creé, a veces hasta yo. Su hermano, Erick, con toda la confianza que le da la pubertad, no lo pone en duda ni un momento. Axel, su hermano de ocho, ya viene siguiendo sus pasos y no se molesta en cuestionar nada. También algunos piensan que hago buenas fotos. Si, puedo decir que algunas. Mis compañeros de trabajo y los jefes que he tenido aseguran que hago buenos programas de computadora. Si, todos funcionan. Opiniones muy parecidas sobre cuestiones muy dispares. Ahora me pregunto: ¿entonces quién o qué soy?

               Ya estoy elucubrando demasiado, mejor utilizo una semblanza que tengo, de una plaquette que publiqué el año pasado, decía algo como:

               " Ismael López Delgado tuvo la suerte de nacer en la ciudad de México, en el mes de abril a la mitad de la década de los sesenta.

               Desde que obtuvo conocimientos necesarios para descifrar los símbolos que se plasman en papel, se convirtió en un vicioso de la lectura. Cuando ingresó a la preparatoria hizo sus pininos literarios con acrósticos y poemas que intercambiaba por cigarros a sus amigos o por besos a sus amigas. Continuó sus estudios buscando, sin saberlo, una profesión que le permitió crear y así descubrió las computadoras, encontró el gusto de inventar cuentos electrónicos y poemas matemáticos; el resto de su tiempo lo ocupan sus hijos y el registro de imágenes con su máquina de atrapar momentos..."

               Mientras continúo con mi búsqueda, retorné al camino de la escritura en compañía de buenos amigos y cervezas frías, fraguando abstracciones literarias en forma de cuentos, dentro de los cuales sigo buscando.

 

 Sus cuentos en Ficticia:
  Cruce de Fuerzas
Metrópoli/Sobre Ruedas
  Entrega a Domicilio
Metrópoli/Sobre Ruedas
  Procesión
Metrópoli/Sobre Ruedas

 


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Publica por primera vez en Ficticia el: 06/Jul/02